La igualdad, una meta pendiente
1. INTRODUCCIÓN: EL FUNDAMENTO RELIGIOSO DEL SOCIALISMO
El ideal de la igualdad ha sufrido, en este fin de milenio, profundas conmociones de tipo cultural y político que lo han dejado sin fundamento. La llamada postmodernidad, es decir, la crisis de la razón moderna, por un lado, y la caída del muro de Berlín y el fracaso del principal intento histórico de “socialismo real”, por el otro, parecen haber dejado a los adalides de la igualdad en una situación de profunda confusión.
De entrada, el sentido común nos dice que la igualdad es un valor irrenunciable si queremos organizar la convivencia entre los seres humanos de un modo justo. Pero los acontecimientos históricos y nuestra experiencia cotidiana, de aquello que llamamos “naturaleza humana” (la capacidad del hombre para el egoísmo, la injusticia y el abuso del prójimo) nos dejan perplejos ante la posibilidad de que tal ideal pueda ser realizada.
¿Debemos seguir aspirando a construir una sociedad igualitaria o es mejor que, en un sacrificado esfuerzo de realismo, vayamos renunciando a esta “utopía inútil”?