En mayo de 1975 El Ciervo sacaba un número titulado: “Mounier, 25 años después”. En un espléndido artículo, decía Carlos Santamaria: “Hoy Mounier está pasado de moda. Este hecho lo confiesan incluso los que fueron sus primeros compa-fieros de lucha intelectual. (…) Gran parte de su fraseología está ahora por completo fuera de uso. (…) Si la obra intelectual de Mounier no ha perdurado es porque no respondía a una voluntad de perduración, sino a las exigencias de la acción combativa, en un momento de convulsión (…) un pensamiento así tiene la ventaja de su vitalidad, pero tiene también el inconveniente de su fugacidad. Está condenado de antemano a ser un pensamiento efímero (…) Su pensamiento no podía ser perdurable sino en lo esencial. Lo esencial es el espíritu, el talante, la esperanza y la fe de un cristiano que intenta debatirse a toda costa con la historia real