El verano acaba, pero nosotros seguimos con nuestras reflexiones sobre la fe y el agnosticismo hijas de ese bello diálogo en forma de libro entre dos amigos, Ignacio Sotelo y José Ignacio González Faus, llamado ¿Con Dios o sin Dios? (Hoac). El artículo pasado lo terminamos diciendo que tan razonable es la postura creyente como la postura agnóstica. En esto son simétricas. Sin embargo, hay en ellas una asimetría fundamental: la actitud creyente ante el misterio de la ausencia de Dios es una actitud de esperanzada confianza. Este es el plus de la fe, pero este plus -decíamos- sólo es posible si es reconocido como un don recibido, un don dado por el Dios mismo en quien se cree, o lo que es lo mismo, a quien se ama.