Cuando llueve, sin duda hace falta un paraguas. A propósito de Umberto Romagnoli, resucitador de palabras necesarias
1. ¿Es el sindicato un monstruo de otro tiempo?
El cambio tecnológico ha devuelto a la esperanza a los adversarios tradicionales del sindicalismo. La nueva economía, basada en el conocimiento, basada en las tecnologías de la información y la comunicación, va cambiando de modo considerable -radical, gusta de decir a algunos- las reglas de nuestro sistema productivo. Por un lado, la productividad ya no depende tanto del correcto funcionamiento de la cadena de producción taylorista como de lo que parece ser justamente su contrario, esto es, la adaptación flexible de las empresas a las demandas cada vez más velozmente cambiantes, cada vez más caprichosas, de los mercados. La flexibilidad -en la organización del trabajo, en los mercados financieros, en la organización de la producción- se convierte, por mor de las nuevas tecnologías, en la diosa que preside la vida del nuevo capitalismo.